lunes, 11 de octubre de 2010

He sido un cobarde disfrazado de valiente.

Intenté distraerme todo lo posible, Esperaba que, al verte, sentiría que hicimos bien. Pero no me siento así. No me siento así para nada.

domingo, 10 de octubre de 2010

¿Merece la pena hacer lo que se supone que debes más veces de lo que realmente quieres? No, no lo creo. Y así me va. Porque creo una cosa, pero hago otra diferente. Quisiera decirte lo que realmente pienso y quiero pero... no puedo.
No puedo decírtelo, hacer que vengas o alargar más esto. Prefiero que sepas cómo soy cuando estoy borde, que me veas como una auténtica hija de puta. Prefiero quedarme mirando el móvil intentando que mi cerebro haga que reciba una llamada tuya, aún sabiendo que no va a llegar. Prefiero que sea más fácil para ti, aunque suponga que me quede la espinita. Y no es ni buena samaritana ni anda por el estilo, no es altruismo. Es que... que te quiero.
Y prefiero seguir soñando todos los días de mi vida con ese regalo de cumpleaños que vivirlo y llegar a olvidarlo algún día. ¿Sabes que eres la única cosa que consigue que duerma toda la noche de un tirón y sin pesadillas? Prefiero irme a la cama y que cuando cierre los ojos, lo primero que vea sea lo que llevo viendo estos últimos tres días. Quiero dormirme pensando en una llamada, verme corriendo en pijama a la estación, encontrarme contigo y darte el abrazo del siglo, o del milenio. Quiero que lo sepas, pero no quiero decírtelo.
Suerte, ¿vale? Te la mereces.
Y... oye, no creo que haya tenido que aguantar nada. Al menos nada malo, no te preocupes.
Y espero que no lo leas antes, porque también prefiero que sigas pensando que soy una cabrona hasta que ya no puedas cambiar la opinión al respecto.

viernes, 1 de octubre de 2010

Me toca mucho los cojones

Echarte de menos.