jueves, 6 de mayo de 2010

Perdona pero...

De repente se encuentra suspendido en el vacío y a continuación se precipita como el Coyote en uno de sus vanos intentos de atrapar al Correcaminos, o como el gato Silvestre cuando resbala por el hielo hacia el precipicio tratando de frenar la caída con sus garras mientras Piolín lo sobrevuela riéndose, o mejor aún, cuando Tom persigue a Jerry y acaba su carrera estampándose contra una pared mientras el roedor entra en la ratonera que hay debajo.

En resumen, un desastre de dibujo animado.

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