domingo, 26 de septiembre de 2010

¿De qué me vale?

A veces pienso que me sobrepasa. Todo. Tu situación, la mía... la nuestra en conjunto. Pero es que luego pienso en los pros y los contras de dejar de hablar, de olvidarnos de la existencia del otro, y no sale nada bueno de hacerlo.
Es que joder, más que otra cosa ahora mismo es impotencia. Porque no sé qué hacer para que me entiendas. Para que entiendas que ahora mismo, todo es por y para ti. Que no me importa que estés mal y animarte. Que me da igual que tu vida sea un caos, porque quiero ayudarte a poner un poco de orden. Que me da igual que seas o no seas un ogro, porque seguramente yo soy peor por las mañanas. Que no me supone ningún problema quedarme hasta las dos, las tres o las cuatro de la mañana haciendo tiempo. Que me quedaría la noche entera si hiciera falta, para que si llamas, no te encuentres con un buzón de voz en un móvil en silencio. Que me da igual quedarme en casa los Sábados, y los Domingos y las tardes de los Lunes para quedarme hablando contigo. Que no me importa que tengas un mal día y necesites desahogarte.
No me importa. Ni eso ni los mil y un problemas que podrían surgir. No me importa pasarme una semana, dos meses, tres años o una vida entera esperándote, si sé que al final voy a estar contigo, y voy a poder darte un abrazo.
Lo único que de verdad me molesta, es que decidas por mi. Que me digas lo que es mejor para mi. Que no quieras entender que te quiero. Que te quiero joder, que me da igual todo con tal de que estés bien. Y que no me importa lo que pase o deje de pasar, que lo único que quiero es seguir como hasta ahora, por muchos impedimentos que haya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario