domingo, 4 de abril de 2010

Borrar el pasado, pintar un instante.


-No digas que me quieres. No mientas. Déjalo ya, ¿vale? No sirve de nada, no cambia nada... Déjalo.
-No miento. Te quiero joder... No es tan difícil de entender.
-¡No me conoces! No puedes quererme.
-Te conozco mucho mejor de lo que tú te crees.
-No, no me conoces. No sabes mi color preferido, ni la colonia que utilizo. No sabes las películas que me gustan, ni por qué tengo la cicatriz en la rodilla derecha. No sabes si me han operado alguna vez, o qué canciones me gusta escuchar. No sabes cómo se llama mi perro... Mejor dicho, ¡no sabes si tengo perro! No sabes cómo se llaman mis padres tampoco, ni cual fue el momento más triste de mi vida. No conoces...
-No, vale, es cierto.
-No no, déjame terminar... Espera, ¿me estás dando la razón?
-Sí, porque la tienes. No conozco todas esas cosas.
-Ah...
-Pero sí otras muchas. Sé que cuando duermes, te sientes más tranquila si tienes a la espalda a tu Winnie The Pooh gigante. Sé que te tapas hasta las orejas, porque pillaste la costumbre de pequeña, después de ver tu primera película de miedo. Sé que cuando estás enfadada, o deprimida, o necesitas desahogarte y no te salen las palabras para escribir, te gusta ponerte música heavy, porque te da la sensación de que gritas tú, y te sientes más tranquila. También sé que te gustan más las hamburguesas del Mike's que las del McDonals, que salir más tarde de una determinada hora te da miedo desde siempre. Sé que conoces todos los capítulos de los Simpson, y que cuando estás en el ordenador y escribes algo de lo que no te quieres hacer responsable desvías la vista y no miras la pantalla hasta que lo has enviado ya. Sé que en tu diario tienes poemas que escribiste con nueve años, aproximadamente. También que tus peluches te recuerdan a veces a las personas, y que les tienes más o menos cariño según su relativo parecido. Y si quieres sigo. Y vale, es cierto que no tengo muy claro si tu color preferido es el rosa o el negro... Pero no me digas que no te conozco, y que no te quiero tampoco. Es lo único que no tengo intención de escuchar, porque es la mayor de las mentiras.
-Yo... Yo no sé qué decirte.
-Entonces continuaré yo ¡Ah! ¿Sabes que otra cosa sé que no he dicho? Sé que me quieres.
-No, ahí te equivocas.
-¿A sí? ¿No me quieres? Pues genial...
-No. Yo no te quiero. Yo a ti... a ti te amo.

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